Descripción enviada por el equipo del proyecto. La casa, situada en Calders (un pequeño pueblo en el centro de Cataluña), es el nuevo hogar de una pareja con dos hijos. El solar se encuentra en el limite del pueblo con el parque natural de "Sant Llorenç del Munt i l'Obac" justo en frente. El programa que solicitaron incluía oficina, espacio de vida común, tres habitaciones, dos baños y un garaje.
El solar presenta un desnivel de un piso. Mientras todas las casas del barrio tienen el garaje en la planta baja a nivel de jardín y la zona de estar en los pisos superiores. Nuestra estrategia fue hacer lo contrario. Colocamos el garaje y el estudio en la planta superior a nivel de calle y la sala de estar común y las habitaciones en la planta baja en relación directa con el jardín.
El acceso a través del garaje se utiliza como un jardín, un porche, un espacio intermedio flexible. El salón-comedor a doble altura se abre hacia el jardín y el parque natural. Una escalera de acero pintada en blanco desciende al nivel inferior. La escalera está protegida por una red blanca para acentuar la sensación de ligereza que se obtiene desde el doble espacio hacia el resto de la casa.
A pesar del bajo presupuesto para conseguir todo lo requerido se pudo sobrellevar gracias a la actitud abierta de los clientes. Queríamos crear "sólo un techo". La casa es una "ventana al horizonte”, diseñada para exaltar el paisaje. Con el fin de destacar el entorno natural, creamos una estructura de losas horizontales de hormigón con pilares de acero H (sección 120mmx120mm) para liberar el espacio hacia las vistas y crear un edificio sin paredes. La estructura deviene la forma de la casa.
Queríamos diseñar una casa que se pareciese mas a un jardín exterior que a uno interior, un espacio en el que los muebles y las plantas se colocan directamente bajo el cielo azul. Nuestro objetivo era crear un espacio de vida con una sensación de apertura y conexión con la riqueza de su entorno privilegiado.
Una serie de puertas correderas de cristal transforman el espacio interior en un porche. La ausencia de paredes que se interponen a la luz proporciona un ambiente luminoso y con una buena ventilación natural.
Añadimos un espacio intermedio, entre las habitaciones y el jardín, para lograr un espacio multifuncional y flexible que se puede abrir y cerrar según convenga. Un espacio en donde los usuarios pueden sentir la brisa.
Queríamos crear una continuidad entre el entorno natural y la casa. Queríamos atraer el exterior y convertirlo en parte del interior, donde interior y exterior se unen y conviven. Nos gustó la idea de diseñar una casa con la sensación de "Volkswagen California” como símbolo de la independencia y la libertad, combinando la comodidad, el rendimiento y el estilo de vida en la naturaleza.
Los propietarios pueden sentir "una arquitectura de cuatro estaciones", pueden sentir el paso del tiempo, pueden apreciar los cambios en la naturaleza y el disfrute del clima.